Los vinilos para pared que simulan baldosas hidráulicas son una tendencia en auge en el mundo del diseño de interiores. Estas pequeñas piezas individuales han encontrado su hábitat natural en nuestros hogares, especialmente en las cocinas, debido a su belleza estética y sus óptimas propiedades.
Se trata de vinilos autoadhesivos que no requieren una instalación profesional y que son fácilmente despegables, lo que permite su reposicionamiento.
Pueden colocarse sobre cualquier superficie ya sea plástico, papel pintado, cristal, madera… fijándose a la perfección. Debido a su resistencia y a la facilidad de limpieza, en muchas ocasiones se instalan en la zona de la pared que queda detrás de los fogones para protegerla de posibles salpicaduras generadas al cocinar y aportar un toque colorido en cocinas modernas monótonas y minimalistas.
Aunque son utilizadas también para cubrir suelos -ya que las propiedades del material lo permiten- es en las paredes donde los vinilos de baldosa se reivindican como un elemento de decoración asequible, funcional y que, irremediablemente, se transforma en el centro de atención del espacio en el que se encuentra.
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