Vestir personas o vestir espacios. Aunque la del diseño de interiores es una industria completamente diferente a la de la moda, existen algunos puntos en común e influencias que conectan y se cruzan para enriquecerse. En este post repasamos algunas “reglas” del mundo de la moda que nos pueden ser muy útiles para la decoración de nuestro hogar.
1. Invertir en piezas clásicas
Igual que disponemos de un par de zapatos negros (de tacón o planos), en interiorismo es interesante invertir en piezas que vayamos a usar a menudo y queramos que nos duren.
Sabemos que las tendencias vienen y van, así que mejor gastarnos el dinero en elementos de calidad e inmortales. Hablamos de alfombras vintage, lámparas de lágrimas, sofás orejeros, espejos,… objetos que podrían convivir contigo 20 años sin cansarte.
2. Salirse de la colección
Los muebles a juego son cosa del pasado. ¡En la variedad está el gusto! Igual que no nos vestimos con ropa de una sola colección, no hagamos que nuestros espacios parezcan sacados de un catálogo. Lo divertido consiste en mezclar piezas de mayor y de menor gama, y de diferentes marcas y diseños para crear un estilo único en su especie.
3. Vestirse para la ocasión
De la misma forma que nunca nos pondríamos un vestido de lino blanco en Navidad, los textiles y los colores de casa deberían reflejar el momento del año en que nos encontramos.
Por ejemplo, si tenemos un sofá que cubrimos en invierno con una manta de punto, en verano deberíamos utilizar telas ligeras y de colores brillantes para la misma función.
4. Menos es más
“Antes de salir de casa, mírate al espejo y quítate algún accesorio”. Esta cita, de la celebérrima diseñadora Coco Chanel, no está destinada a limitar la creatividad o reprimir la expresión. Es un consejo para ayudarnos a ser capaces de comunicar nuestro estilo con claridad y transmitirlo de una manera digerible y ordenada. Cuando decoramos hemos de pensar en la agrupación y adición de espacios de descanso visual.
5. Ser fieles a nuestro estilo
No dejemos que el miedo o las tendencias nos impidan convertir nuestra casa en algo único. Si dejamos que nuestro espacio refleje nuestros gustos personales, haremos que su diseño sea atemporal.